jueves, 18 de junio de 2009

Las fiestas playboy de Berlusconi

No cabe duda que en lo que a una mentalidad abierta, Europa nos lleva años luz. Vistos siempre como más liberales, los países europeos siempre han llenado de fascinación al público americano con su cultura, su historia y sus ideas – que no es en su totalidad sólo el hecho de ser América el Oliver Twist al cuidado de un Mr. Fagin llamado Europa.
Con nombres tan deslumbrantes que van desde Mozart, Cervantes y Del Piero, hasta DaVinci, Roussau y Moliere, no podemos negar que la influencia europea sobre América ha sido mayor que la de ésta en el viejo continente.
Es por esta razón que ahora nos hemos visto sorprendidos por el escándalo relacionado al primer ministro italiano Silvio Berlusconi y que se dio a conocer debido a la petición de divorcio de su (segunda) esposa unas semanas atrás. Aunque Berlusconi siempre ha sido una personalidad en Italia, envuelta en los líos que su posición trae – un socialité, empresario y político – ninguno de los escándalos había sido tan grande ni con tantas pruebas como este.
Acusado de adultero (que fue la manera en que conoció a la actual cornuta y que es un buen ejemplo de que el karma existe) la imagen de Berlusconi ha sido duramente golpeada por unas fotografías que sacan todo al descubierto: fiestas dignas de Mauricio Garcés, en donde señores – viejos y arrugados – se codean y divierten con mujeres - jóvenes y bellas - todos al desnudo (de ahí la aseveración de que los señores eran viejos y arrugados)
Esto ha desencadenado la furia del pueblo italiano y un jucio moral del mundo. No es desconocido que los políticos tengan “aventuras”, tan sólo habría que recordar a JFK con Marilyn o a Bill Clinton con Monica Lewinsky, más la diferencia es la plataforma que representa, proviniendo del partido conservador – que no lo obliga a ser mocho forzosamente – y el ejemplo que está dando.
Siendo primer ministro es el representante mayor de la cultura italiana ante el mundo, y con escándalos como el que vive ahora es muy difícil crearse una buena opinión de Italia a nivel mundial (ya nadie se acuerda que la selección italiana ganó la copa mundial ¿verdad?) y más con las declaraciones de que lo sucedido no es tan grave. A esto se le suman las últimas noticias sobre como las mujeres que asistían a las fiestas privadas de Berlusconi eran pagadas, que empeora más las cosas.
Primero, cuando un presidente, primer ministro o dictador, lleva una vida de baja moral y “engaños” matrimoniales, no creo que espere que lluevan tratados de libre comercio ni apoyos internacionales. Y si las mujeres con las que lleva esta vida de baja moral son pagadas, lo que el primer ministro estaría haciendo sería inducir la prostitución, que, a pesar de que no soy docto en las leyes italianas, apostaría que están prohibidas por la leyen aquel país; inducción pagada con dinero del pueblo italiano, que podía designarse mejor a programas sociales – 2000 euros pueden ayudar a que un niño acabe la primaria.
Es por eso que es una tristeza que Berlusconi no haya dado la cara y aceptado el error, y lo peor es que no lo crea necesario.
Atrás quedan los tiempos en que Dante, Miguel Ángel, Boticelli, Umberto Eco, Jovanotti o Pavarotti era los mejores representantes de la cultura italiana. Hoy tenemos que ir a la revisteria más cercana y buscar en la sección de adultos para enterarnos que es lo que pasa en Italia.

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