Cada vez escuchamos más la denominación “guerra sucia” para las diferentes campañas políticas que están llevando a cabo los partidos en México. Aunque las guerras sucias pueden parecerles cotidianas a los políticos (después de todo, pareciera que de eso se trata la política) nosotros no habíamos tenido que experimentarla de la manera que lo hacemos en este periodo pre-elecciones del 2009. Gracias a la reforma electoral, ahora los partidos no necesitan designar recursos para transmitir sus comerciales ni por radio ni por TV, todos tienen el mismo tiempo. Esto, más allá de crear una competencia “ecuánime”, ha generado una oleada de anuncios – pagados con el dinero ahorrado de tiempo aire – no muy inteligentes y con tan poco contenido que pareciera que los políticos no tienen nada que decir. Esta producción en masa de comerciales y spots publicitarios nos mantiene, a los ciudadanos, atrapados en un fuego cruzado de acusaciones, críticas y promesas, sin deberla ni temerla – ¡nosotros sólo queremos ver la novela en paz!
El aumento en el número de spots y de información que se nos entrega, no ayuda mucho a la toma de decisión. Si a esto le sumamos los anuncios de los gobiernos, de las secretarias, del IFE, de la cámara de diputados…en fin, todos aquellos anuncios con tintes políticos, no me sorprende el grado de indiferencia y la baja participación ciudadana que hay en nuestro país. Toda esta sobre exposición a temas políticos culmina en un bloqueo mental de las personas, autoimpuesto e inconsciente, como mecanismo de defensa ante cualquier mención de campañas, elecciones o partidos. Pero aquí no acaba la cosa ya que, además de todos los comerciales, propuestas, comentarios, siempre se podrán agregar las exigencias de organismos internacionales y de la sociedad civil, con respecto a lo que deben o no deben hacer lo políticos.
Aunque la campaña del “voto blanco” o “Anula tu voto” lleva ya varios meses circulando, a tres semanas de las elecciones es cuando los partidos la están tomando en cuenta. El “voto blanco” o la “anulación del voto” es un derecho constitucional que tenemos todos los mexicanos, el cual nos permite cumplir con nuestra obligación como ciudadanos al ir a votar, sin tener que entregar nuestro voto por los candidatos registrados en la boleta. Existe un rumor en el que se cuenta que Cantinflas, a pesar de nunca haber sido candidato a la presidencia de México, ganó en repetidas ocasiones debido a que la gente votaba por el al añadirlo a la boleta electoral. Hoy existe la invitación por varias organizaciones de la sociedad civil, intelectuales y hasta políticos, a practicar un voto blanco o anular el voto. Todo para mostrarle a los partidos políticos el descontento que han generado debido a la mala política que practican. Claro que el voto nulo o anular el voto no sirve de nada a menos que sea una cantidad significativa (imaginen, hay 100 personas que fueron a votar, de las cuales 20 votaron por un candidato, 17 por otro y 5 por un tercero, pero 57 votaron nulo… Creo que si es algo para notar) y al parecer esta idea esta empezando a tener auge, tanto como para que el IFE y los partidos ya hayan comenzado campañas en contra del voto nulo.
Antes se creía que el voto nulo iba a parar en la cuenta de votos del PRI – así que todos los que votaron por cantinflas simplemente regalaron su voto – pero ahora que la maquinaría electoral ha cambiado de manos y otro partido está en el poder, esta idea ya no es tan sólida como antes. Y esto ayuda mucho a que las razones de las recientes campañas para anular el voto tengan éxito. Con el voto blanco, la sociedad civil quiere mandar el mensaje a los partidos que deben de escoger mejor a los candidatos que presentan, que no están a gusto con como se han llevan las cosas, que es necesario poder presentar candidatos ciudadanos – que seguro, para como son los queseros va a haber miles en las boletas – y que se prefiere salir a votar por nadie que votar por el menos peor – cosa común en este país. La sociedad civil espera abrirle los ojos a los partidos y así impulsar una nueva era política en el país.
Ahora bien, yo no estoy promoviendo el votar en blanco o anular el voto – en lo personal creo que si vas a ir a votar hay que votar por alguien, aunque sea el menos peor, ya después habrá que exigirle la rendición de cuentas y habrá que proponerle ideas – pero si creo que esta idea ha tomado fuerza y se ha vuelto un participante más en esta lucha por la tacha en la boleta electoral.
El aumento en el número de spots y de información que se nos entrega, no ayuda mucho a la toma de decisión. Si a esto le sumamos los anuncios de los gobiernos, de las secretarias, del IFE, de la cámara de diputados…en fin, todos aquellos anuncios con tintes políticos, no me sorprende el grado de indiferencia y la baja participación ciudadana que hay en nuestro país. Toda esta sobre exposición a temas políticos culmina en un bloqueo mental de las personas, autoimpuesto e inconsciente, como mecanismo de defensa ante cualquier mención de campañas, elecciones o partidos. Pero aquí no acaba la cosa ya que, además de todos los comerciales, propuestas, comentarios, siempre se podrán agregar las exigencias de organismos internacionales y de la sociedad civil, con respecto a lo que deben o no deben hacer lo políticos.
Aunque la campaña del “voto blanco” o “Anula tu voto” lleva ya varios meses circulando, a tres semanas de las elecciones es cuando los partidos la están tomando en cuenta. El “voto blanco” o la “anulación del voto” es un derecho constitucional que tenemos todos los mexicanos, el cual nos permite cumplir con nuestra obligación como ciudadanos al ir a votar, sin tener que entregar nuestro voto por los candidatos registrados en la boleta. Existe un rumor en el que se cuenta que Cantinflas, a pesar de nunca haber sido candidato a la presidencia de México, ganó en repetidas ocasiones debido a que la gente votaba por el al añadirlo a la boleta electoral. Hoy existe la invitación por varias organizaciones de la sociedad civil, intelectuales y hasta políticos, a practicar un voto blanco o anular el voto. Todo para mostrarle a los partidos políticos el descontento que han generado debido a la mala política que practican. Claro que el voto nulo o anular el voto no sirve de nada a menos que sea una cantidad significativa (imaginen, hay 100 personas que fueron a votar, de las cuales 20 votaron por un candidato, 17 por otro y 5 por un tercero, pero 57 votaron nulo… Creo que si es algo para notar) y al parecer esta idea esta empezando a tener auge, tanto como para que el IFE y los partidos ya hayan comenzado campañas en contra del voto nulo.
Antes se creía que el voto nulo iba a parar en la cuenta de votos del PRI – así que todos los que votaron por cantinflas simplemente regalaron su voto – pero ahora que la maquinaría electoral ha cambiado de manos y otro partido está en el poder, esta idea ya no es tan sólida como antes. Y esto ayuda mucho a que las razones de las recientes campañas para anular el voto tengan éxito. Con el voto blanco, la sociedad civil quiere mandar el mensaje a los partidos que deben de escoger mejor a los candidatos que presentan, que no están a gusto con como se han llevan las cosas, que es necesario poder presentar candidatos ciudadanos – que seguro, para como son los queseros va a haber miles en las boletas – y que se prefiere salir a votar por nadie que votar por el menos peor – cosa común en este país. La sociedad civil espera abrirle los ojos a los partidos y así impulsar una nueva era política en el país.
Ahora bien, yo no estoy promoviendo el votar en blanco o anular el voto – en lo personal creo que si vas a ir a votar hay que votar por alguien, aunque sea el menos peor, ya después habrá que exigirle la rendición de cuentas y habrá que proponerle ideas – pero si creo que esta idea ha tomado fuerza y se ha vuelto un participante más en esta lucha por la tacha en la boleta electoral.
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