jueves, 23 de abril de 2009

La lucha contra el racismo: un arma de doble filo

Faltaba más, ya lo habían anunciado varios países tras negar la invitación que les hizo la ONU para asistir a la Conferencia Mundial sobre el Racismo que se realizó en Ginebra esta semana, el clima iba a ser antisemita…otra vez. Y dicho y hecho.
Desde un inicio ya se tenía programada la conferencia magistral por parte de Mahmoud Ahmadinejad, presidente de Irán, lo que anticipaba tocar el tema de las tensiones del conflicto en Medio Oriente. Además se le suma el bien sabido discurso incendiario que maneja Mahmoud sobre la existencia del estado Israelí y, recientemente, se le había añadido el cuestionamiento de la existencia del Holocaustol. De ahí que Estados Unidos e Israel anunciaran su ausencia de la conferencia, a los que le siguieron Australia, Alemania, Canadá, Italia y Holanda.
Así que con la ausencia de importantes delegaciones Mahmoud dio inicio a su discurso con una introducción de gritos como “asesino” y “racista”, que fueron acallados efectivamente por el equipo de seguridad de la conferencia. Como era de esperarse, Mahmoud habló sobre el racismo ocasionado por los aliados después de la segunda guerra mundial al crear el estado hebreo y de cómo éste último tiene políticas racistas y, en el mismo momento en que les llegaron las palabras traducidas del presidente de Irán, los representantes de varios países no dudaron en pararse e irse de la sala, haciendo caso omiso al hecho de que Mahmoud seguía hablando.
Después existió la intervención de un par de activistas disfrazados de payasos, pero pasó a segundo nivel.
Lo importante aquí es el despliegue de intolerancia por todos lados en el foro que se supone debería ser el más tolerante y organizado por el organismo internacional reconocido por su “neutralidad” y “tolerancia”. Lo otro más importante es que, por si no lo estaba, queda clara la posición de Irán ante el mismo tema circundante desde la creación del estado israelita. Y siguiendo con los datos importantes, la finalidad de Mahmoud con su discurso, que obviamente no era la de acusar a Israel de racista cosa que ya se sabía, que se trataba de hacer campaña política ya que dentro de poco se celebrarán elecciones en Irán y Mahmoud es candidato a la reelección y en ese lugar, quien sabe por qué, les gusta el escándalo y todo lo que tenga que ver con un discurso incendiario hacia el occidente, tanto que les construyen estatuas a aquellos que avientan zapatos a presidentes proveniente de este lado del mundo.
Las cosas se pusieron tensas en Ginebra y ahora se traducirán en acciones. Puede que Mahmoud haya cumplido su cometido pero ¿a que precio? Ya veremos en donde acaba toda esta situación.

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