jueves, 23 de julio de 2009

¿Que tiene el agua en centroamerica?

Para festejar los 30 años de la revolución sandinista, Daniel Ortega, exguerrillero del mismo movimiento y ahora presidente de Nicaragua – por segunda ocasión –, hizo un gran reventón el pasado domingo 19 de julio. Entre música, folklore e invitados distinguidos, se llevaron a cabo las fiestas propias del aniversario. Los miles de asistentes, provenientes de todos los rincones de Nicaragua – y al decir todos me refiero sólo a los que apoyan a Ortega – celebraban más que el aniversario de la revolución, al mismo Daniel Ortega. Entre la multitud sobresalían las banderas Cubanas, Venezolanas y algunas del Frente Sandinista de Nicaragua (FSN) que se mezclaban con carteles que parecieran promover los programas del gobierno y en dónde se podían leer leyendas como “Gracias, Presidente Ortega, por las viviendas”. Aunque ninguno de los líderes del FSN estuvo en esta celebración, sí lo estuvieron representantes de movimientos sociales de toda América Latina así como diplomáticos y políticos de la alianza bolivariana – quien sabe por que, peor ahí estuvieron. Varios de ellos deleitaron a la audiencia con discursos y nobles palabras sobre varios temas, empezando por la importancia de la revolución sandinista que servía de introducción para hablar en contra de Estados Unidos o del capitalismo, para hablar del futuro de la región o para recriminar la situación que vive Honduras en estos días. Una de las intervenciones digna de repetir fue la del vicepresidente cubano Esteban Lazo en la cual denunció que en Honduras no sólo está en juego el destino de ese pueblo, sino también el destino de América Latina y el derecho de los pueblos a elegir libremente a sus gobernantes… detengámonos un momento para revisar esa última frase: el derecho de los pueblos a elegir libremente sus gobernantes, frase pronunciada por el vicepresidente de un país donde el pueblo no ha elegido a sus gobernantes – osease a él tampoco – durante los últimos cincuenta años. Habría que haber estado ahí para aplaudir la valentía con la cual pronunció esas palabras...
Y a pesar que la celebración no se vio afectada por la falta de verdaderos representantes sandinistas, como aquel que escribió las canciones de la revolución, sí le afectaron aquellos comentarios que hizo Ortega sobre la reelección. Al parecer, Ortega cree justo y necesario que en Nicaragua exista la reelección de presidente, por más que esto signifique cambiar la constitución y obviando el hecho de que la reelección ya existe en ese país. El mismo Daniel Ortega es uno de los beneficiados de ese derecho constitucional, siendo este su segundo periodo como presidente. Pero al parecer la reelección que necesita Nicaragua es la consecutiva, para que exista igualdad política – ya que sólo los diputados gozan de ese derecho – y con esto premiar o castigar a todos los gobernantes.
Lo que Ortega debería de hacer es leer este blog y analizar a más profundidad el caso de Honduras. No porque exista una oleada de reelecciones en América Latina – hasta Uribe se había subido en ella – quiere decir que es lo que se tiene que hacer. Siendo Nicaragua el país más pobre de América Latina – aceptémoslo, Haití no cuenta – Ortega debería de tener en la mira reformas más efectivas y necesarias para combatir esa situación. Pero dejémoslo celebrar su “popularidad”, planear su reelección y continuar criticando a Honduras. A ver si luego no le hace competencia a Zelaya por un poco de ayuda internacional.

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