martes, 13 de octubre de 2009

Y el premio es para...

El mundo quedó sorprendido – y mucho más que los analistas y expertos en el tema – cuando se anunció que el Premio Nobel de la Paz 2009 fue otorgado a, ni mas ni menos el presidente in del momento, Mr. Barack Obama, y aunque parecía que razones sobraban al comité seleccionador, no fueron suficientes como para evitar las críticas cómo la que aquí se va a hacer.
Uno de los principales puntos para poner en duda el merecimiento de tan cotizado premio es el de las fechas de nominación. La fecha límite para nominar a alguien fue el 1º de Febrero de este año, fecha en que Obama llevaba apenas dos semanas dentro de la casa blanca. Repasemos lo más relevante que hizo durante esos primeros 12 días que pudieron afectar la decisión – lo cual se demostrará a través de signos positivos o signos negativos: el 20 de enero asume la presidencia (X), el 22 manda cerrar Guantánamo (+), el 23 autoriza un ataque aéreo en Pakistán (-), el 26 otorga su primera entrevista formal como presidente a la televisora árabe Al Arabiya (+), el 28 hace su primera visita al Pentágono (en duda). ¿Es esto suficiente para nominar a alguien? Obviamente no, pero Obama no fue nominado por sus acciones – ni tampoco premiado por las mismas – y eso quedó muy claro.
Analizando todo el suceso, habría que empezar por las nominaciones. El nombre de Obama salió a relucir de entre una lista de 205 nombres nominados, entre organizaciones y personas, entre los que sobresalían Sarkozy, Ingrid Betancourt o Hu Jia, disidente chino, que además cuenta ya con varios años en la lista al igual que muchos otros de la misma. Todo esto debido a que las nominaciones sólo las pueden hacer un grupo exclusivo de personas, entre las que se cuentan galardonados del mismo premio así como el consejo que decide quien es el ganador. Habría que revisar quien fue el que nominó a Obama. Y aunque falten 50 años para saber quien más estaba en la lista de nominados – tiempo decidido por la organización noruega para revelar dicha lista – las críticas sobre el poco merecimiento del nobel por Obama inundaron los periódicos el día en que se dio el anuncio. Entonces habría que ver quien decidió nominar a Barack Obama pese a sus escasos – o, más bien, casi nulos logros – para cuestionarlo sobre por qué consideró hacerlo.
Pero, más allá de quien puso su nombre en la lista, si hay que señalar al comité seleccionador y los criterios que siguieron para tomar dicha decisión.
Es por esta razón que el comité seleccionador escogió muy bien las palabras con las cuales describiría el gran trabajo hecho por Obama entre el 1 de Febrero y el 9 de Octubre (fecha en la cual se le entregó el premio) para ser elegido merecedor del premio y éstas fueron “debido a sus extraordinarios esfuerzos para fortalecer la diplomacia internacional y la cooperación entre las personas” así como por sus esfuerzos para apoyar las instituciones internacionales y la promoción del desarmamiento nuclear del mundo. Pero como lo hecho por Obama no ha sido ni la mitad de lo que han hecho otras personas u organizaciones – como es el caso de la organización Cluster Munition Coalition, que en 2008 logró que 100 países firmaran un tratado para abolir las armas cluster o de racimo – el comité seleccionador tuvo que argumentar que era para motivar e impulsar todo aquello que puede lograr siendo presidente de los Estados Unidos en materia de paz – y aún más porque Estados Unidos sólo, posee más de 1500 cabezas nucleares y esta llevando en este momento dos guerras en medio oriente (Irak y Afganistán) sin mencionar la increíble influencia que tiene sobre la OTAN, el consejo de seguridad de la ONU y, bueno, en muchos otros lugares).
Pero entonces el problema no es que Obama haya ganado el premio, ni que alguien, en una fanática ceguera, lo haya nominado; el problema aquí en realidad es que el consejo decidió otorgárselo a alguien que no ha llevado a cabo acciones suficientes para merecerlo. Puede que realmente crean su propia excusa del “motivante” pero hasta Obama se sorprendió de recibirlo. La nominación hubiera pasado desapercibida – como lo había hecho hasta el momento – pero el anuncio de su “victoria” asombro al mundo de tal manera que tanto seguidores como opositores de Obama no vieron esa premiación con buenos ojos. Esto más porque el Premio Nobel de la Paz, aunque muchos lo vean como un premio de chocolate, es el Nobel más popular – seguido por el de literatura – porque es un tema que todas las personas entienden y que no se da a especialistas en materias extrañas o descubridores de antídotos a enfermedades que aún no existen, sino que se lo dan a personas que día a día construyen con sus acciones un lugar mejor para todos. A través el ejemplo de los galardonados del Nobel de la Paz, es cómo muchas otras personas se ven inspirados, con Muhamas Yunus cuyo modelo de microfinanciamiento ha sido replicado en todos y cada uno de los rincones del mundo, logrando levantar a gente hundida en la más cruel de las pobrezas – y muchos dicen que debió de haber sido el Nobel de Economía el que se debió de haber ganado. Pero el Nobel de la Paz va más allá de un reconocimiento, es una invitación de seguir trabajando, no sólo para el que lo gana sino también para que los demás hagan lo mismo. Y es el problema con que Obama lo haya ganado, no hay nada que seguir aún. Hoy, en el Washington Post, apareció la noticia de que Obama mandó 13,000 tropas más a Afganistan. Al parecer el Nobel no lo motivó tanto como se esperaba.
Muchos hablan del significado oculto de entregarle el premio a Obamal, como por ejemplo que es un golpe a la política republicana, especialmente la llevada a cabo por George W. Bush en su último mandato, más ¿de qué serviría atacar una política que ya no está vigente? También muchos tachan al comité seleccionador como tendenciosos de izquierda o lo que seria lo mismo socialistas – sobre todo porque quien selecciona a los miembros del comité es el mismo gobierno noruego, que sigue esa tendencia – lo cual, a mi parecer, no tiene ni la más minima relación con la entrega del premio ya que estoy seguro que había en esa lista candidatos mucho más representativos del socialismo que Obama. Pero el que más críticas ha recibido es Thorbjorn Jagland, presidente de dicho comité, las cuales han tocado principalmente el tema de su renuncia y de su falta de capacidad para el puesto. Otras han mencionado la incompatibilidad de sus funciones tanto como presidente del Consejo Seleccionador del Nobel, como Presidente del Consejo Europeo. Y no esta mal pensarlo porque puede afectar la independencia de la asignación del Nobel. En fin…No cabe duda que hay muchos motivos por las cuales dudar y hasta recriminar la entrega del Nobel a Obama. Podríamos gastar el tiempo en buscar culpables y verdaderas razones, pero lo único que tenemos ahora es a Obama como ganador. Habrá que estar pendientes en el futuro para asegurarnos que cumpla con las expectativas, no solo del Nobel, sino también de la gente que confía en él.

1 comentario:

  1. A mi parecer es totalmente premio futurístico.
    Se lo dieron no por haber o no haber hecho algo, sino, para que haga o no haga algo.
    Si estuvo mal, pero si me hace sentido con lo que acabo de comentar.

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