lunes, 26 de octubre de 2009

Entre familia

La eterna queja de los jóvenes y no tan jóvenes – o las excepciones como lo es Fernández Noroña en México – es la poca atención que se les presta a sus opiniones y la poca seriedad con que los toman. Esto lleva a varios, los más ambiciosos, a demostrar la capacidad que tienen para actuar con responsabilidad y cumpliendo con las expectativas de la actividad desarrollada como miembro de la sociedad. Gracias a esta incredulidad por parte de los adultos hacia los jóvenes, éstos consiguen obtener las herramientas adecuadas para finalmente ser aceptados. Claro, que todo esto lleva tiempo y son muy pocos los que siguen siendo jóvenes cuando pasa. Sin embargo, siempre han existido aquellos pubers que desean saltarse todas las reglas – principalmente porque su ambición supera en gran medida su sentido común – y ganarse el respeto y los títulos que usualmente se tardarían decadas en obtener. Este es el caso el Jean “el principito” Sarkozy. Este chaval de 23 años – y sí, hijo del presidente de Francia Nicolás Sarkozy – ha querido saltarse todos los pasos necesarios y, sin pruebas fidedignas, ha buscado obtener el puesto de presidente del EPAD, un ente público que administra una de las zonas más importantes de Paris llamada La Défense, el distrito de negocios de la capital francesa. Está de más mencionar que esta intención del joven Sarkozy no fue bien vista, no sólo por los opositores de su padre, sino también por el resto de los franceses. Existen límites y a Jean Sarkozy, quien ya se encuentra encaminado en la política, no le importó cruzarlos. Siendo electo diputado provincial el año pasado del sector más rico de Francia (lo comparable a San Pedro Garza García) logró también volverse líder de la centro-derecha en el consejo regional. Pero en toda esta situación es incuestionable que los logros del principito no son más que el reflejo de su apellido. Sobretodo, si le agregamos que apenas va en segundo semestre de la carrera de derecho en la universidad de la Sorbona. ¡Segundo semestre! ni siquiera es profesionista aún. Se entiende y simpatiza con el enojo del pueblo francés. Y Jean Sakorzy probablemente hubiera continuado con esta serie de “éxitos” políticos si no fuera por la necesidad que tiene su padre de popularidad. Al ver que todo el asunto de la candidatura de su hijo le causaba críticas sobre nepotismo y sobre los brios de realeza que se carga, y que dichas críticas venían tanto de ajenos como cercanos, lo más seguro es que el presidente Sarkozy haya tenido una conversación de “hombre a hombre” con su hijo menor. Y aunque por fuera el presidente defendió la candidatura de su hijo, Jean tuvo que retirarse de la contienda por la presidencia de la EPAD porque no quería llegar a ella bajo ninguna sospecha de haber recibido ayudadita: él se la quiere merecer realmente. Pero no se retiró de buscar un puesto administrativo dentro del mismo consejo de la EPAD.
Lo que tendrá que hacer ahora Jean Sakorzy es darse prisa a seguir aprovechando que su apellido aún tiene popularidad porque después uno no se recupera, sino que les pregunte a los hijos de Fox, de Zedillo, de Salinas, de De la Madrid, en fin…que aproveche.

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